Neurotoxinas de azúcar
Perdidos o en fase de perderse
Subo a uno de los autobuses que me lleva a casa. En una de las paradas entra una mujer de las que lo ha perdido casi todo. Se sienta junto a mí y parece un fantasma de las películas de terror chino. Al cabo de un rato grita y asusta a la mayoría de la gente. Veo que observa cuatro monedas en la palma de su mano, asustada porque le parecen insuficientes para lo que tiene que hacer. Luego ya se lo que va a pasar, más o menos, no es la primera vez que me pasa algo parecido. Con cara de pánico levanta la cabeza y busca ayuda. Estoy a su lado, más alto que ella, mejor, y me pregunta varias veces ¿una?. Le convenzo después de un rato de que tiene seis euros y ella no deja de mirar su mano una y otra vez. Cuando vuelve a la realidad se tranquiliza. Tiene dos monedas de dos euros y otras dos de uno. Era eso. Con cara de pena me pide perdón varias veces y guarda las monedas. Después se gira hacia la ventana y se esfuerza por sacar una servilleta de bar sin que nadie la vea. Se seca las lágrimas y recupera la compostura. Durante unos segundos ha vuelto a ser la que era. Al rato da otro grito y un pasajero rechoncho la mira con desagrado. Otra vez no es ella. Me bajo del autobús y evito pasar junto al bar donde siempre está Reyes, mi antigua jefa en las encuestas, otra mujer que lo ha perdido todo, y me siento como una mierda. Puede que ellas tengan algo que yo ya he perdido.
4 comentarios:
Se me ocurre que tendrías que darle algo de vida al blog... porque escribes más alto, mejor, que los pasajeros rechonchos que miramos con desagrado a las personas perdidas o en fase de perderse que gritan a nuestro lado en los buses.
A mi, por lo menos, me gustaría poder leerte más a menudo.
Gracias Emereci. Me ha costado un poco volver a escribir desde que me aburrí. Es que todo me parecía un poco pretencioso. Seguro que después de este post le pierdo un poco el respeto al blog, que era la idea inicial, y escribo más. Un besillo.
Nunca estamos perdidos del todo. Cuando lo estemos, habremos muerto.
Pero no hace falta estar perdidos del todo para estar perdidos. Hay muertos en vida, y tu los has visto. Algunos incluso parecen vivos de lejos.
Publicar un comentario