jueves, 13 de diciembre de 2007

Neurotoxinas de azucar

La de-cadencia de la televisión pública

¿Qué hemos hecho con nuestra televisión?¿En que vamos a convertir a nuestra sociedad con espacios disolutos y que alimentan los pensamientos más insanos pagados por los impuestos de todos los que trabajáis.

Ayer por la noche sin ir más lejos, me peleaba yo por los restos de una pizza s
aturada de orégano mientras en la tele se escuchaba una musiquilla con silbidos y un "cha cha cha". El programa creo que se llamaba Muchachada Nui, o algo por el estilo.
Horrorizado pude ver una escena en la que dos marionetas-manopla -una con un bigotito a lo "¡Sansón el levantador de pesas!" y la otra con rizos pelirrojos- realizaron el acto de la cópula en su vertiente más extrema y descarnada (analizad onomatopéyicamente el cambio de postura del macho extraterrestre).
Para colmo se hace a lo largo del programa una crítica durísima contra la ilustre figura de Condoleezza ChocolatedRice (con un atentado con petardo a un soldadito de plástico), cuando lo cierto es que, como dice la Rice: "hay países que nada más que por el nombre hay que destruirlos".
Por todo esto, ¡y por otras cosas!, os recomiendo encarecidamente que os pongáis el youtube para ver la joya del imperio que nos regalaron ayer nuestros profetas.
Edgar Allan Borch

6 comentarios:

K. dijo...

Completamente de acuerdo. Ayer llegué a casa, después de que un malvado compañero me obligara a fumar uno de esos cigarillos enriquecidos, y no me podía creer lo que estaba viendo.

Básicamente, me dediqué a reír desde el minuto uno hasta el minuto final.

Los hijos de puta, con sus vueltas de tuerca. Cuando parece que tienes claro lo que se puede esperar de ellos, te endilgan unas marionetas conyugales. Y tú ahí, en el sofá, haciéndote preguntas absurdas...

Lo que me perdí fue lo de la guarra siniestra ésa, pero ya me lo miraré en internééééééééééééééh.

Alfonso Alba dijo...

Cha, cha, cha!!
Bueno, a todo lo anteriormente expuesto he de añadir:
A las 22.25, aproximadamente, llegué a mi casa. Tras saludar cortesmente a mis padres (nada de reverencias austro-húngaras, bastó con un simple ¡¡Eh!!) me apropié de la mejor parte del sofá, cuando estaba comenzando a devorar, mi madre, inquieta, me preguntó: "Niño, ¿hoy no es lo de Mejuto el del Macuto? Ponlo".
Después, mi madre y yo comenzamos a destirnillarnos de risa. Eso sí, a ella le gustó mucho más el caso del alienígena asesinado. Cuestión de gustos.

K. dijo...

Mira el cabrón, cómo innova en la cabecera...

Julia Delgado dijo...

Que gran relación madre-hijoacabado tenéis con Muchachada Nui Alf.

el_fuego_fatuo dijo...

Co-co-co-co-co-co-co-co-co.. Condoleeeeeezaaaaaaa!!

El operario dijo...

Antes pensaba que estos de la muchachada eran como nosotros, ahora ya me parece que son más nosotros que nosotros... (¿?)

Besicosafinas

 
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