Neurotoxinas de Azucar
Juan Antonio Cebrián
Ayer pasé una de las peores noches en mucho tiempo. Juan Antonio Cebrián ha muerto y con él se pierde otra persona buena más.
Tenía 41 años y yo siempre pensé que tendría muchos más ya que por su manera de hablar parecía un sabio griego de esos que tanto hablaba. Por otro lado parecía también un niño chico, siempre, algo que palurdos con trajecitos de chaqueta se están cargando poco a poco. 
Si tenía que hablar de comics hablaba de comics (que para el caso son mil veces mejor que muchos libros que hacen los de los trajecitos), si tenía que decir que le encantaba Mago de Oz y Chus le pedía que le hiciera una colaboración cantando las hacía, porque al fin y al cabo le gustaba el rock y eso es lo que queda en España (desde hace tiempo se que los chicos y chicas que escuchan Mago de Oz, guste más o menos el grupo, son el único futuro de este país). Si tenía que hablar de historia también lo hacía, nada que ver con los regurgitadores de datos. Al hablar de una batalla o de un acontecimiento histórico no había ni malos ni buenos, como buen aventurero y persona de imaginación infinita prefería disfrutar de la historia como de una película (y esto lo podía hacer porque sabía de lo que hablaba). Una persona que va cinco veces con su hijo a ver Ratatouille no puede ser más que un buenazo.
Si tenía que hablar de comics hablaba de comics (que para el caso son mil veces mejor que muchos libros que hacen los de los trajecitos), si tenía que decir que le encantaba Mago de Oz y Chus le pedía que le hiciera una colaboración cantando las hacía, porque al fin y al cabo le gustaba el rock y eso es lo que queda en España (desde hace tiempo se que los chicos y chicas que escuchan Mago de Oz, guste más o menos el grupo, son el único futuro de este país). Si tenía que hablar de historia también lo hacía, nada que ver con los regurgitadores de datos. Al hablar de una batalla o de un acontecimiento histórico no había ni malos ni buenos, como buen aventurero y persona de imaginación infinita prefería disfrutar de la historia como de una película (y esto lo podía hacer porque sabía de lo que hablaba). Una persona que va cinco veces con su hijo a ver Ratatouille no puede ser más que un buenazo.Aquí mi rincón para ti Juan Antonio y que le den por culo a los que se llaman periodistas.
10 comentarios:
Pocas veces escuché la Rosa de los vientos: siempre me he he arrepentido de ello.
Hola Caesares, cuanto tiempo.
Últimamente no he tenido tiempo de nada.
Pues puedes descargarte los programas. Una de las formas de hacerlo es en la página de uno de los colaboradores, Martín Exposito.
Tiene un blog que con poner su nombre en el google te aparece y hay una sección para descargas.
Yo sólo lo podía escuchar los domingos, pero sin falta. En verano si lo he escuchado siempre más. Me encanta el tipo de radio que hacen, pasan de política, tocan todos los palos de la cultura (de todo tipo, no tiene que ser tostón) y los pasajes de la historia con la voz que tenía son geniales.
Yo me los voy a empezar a descargar, no por ser un fanático, es que me perdía cosas por no escucharlo los viernes y sábados y para lo que hay en la radio que son programas seguidos de cuñas.
Un abrazo tío.
Yo confieso no haberlo oído nunca, tendré que empezar por descargar algún programa. Tremendo el comentario que haces sobre los críos que escuchan a Mago de Oz... No sé dónde oí que los niños con etapa heavy metal luego se hacen hombres más inteligentes y sensibles. De los niños con etapa hardtechno no he oído nada, pero os mantendré al tanto.
los niños con etapa hardtechno se despiertan en mitad de la noche con escalofríos de extasis y el estómago vacío.. pero todavía no hay estudios serios
Jajaja, seguro que esos también son inteligentes...gentes...gentes...gentesssss.
No, si al final voy a ser un cacho de sociologo.
por cierto, recuerdo el verano que viví con Borja hace no muchos años. Muchas veces regresaba a casa y me lo encontraba dispuesto a dormir en el sofá sólo para escuchar la Rosa de los vientos o algún que otro programa para noctámbulos. Se preparaba su agua fresca, abría sus ventanas y se ponía la radio en una silla para que quedara muy cerca de los oídos. cuando uno llegaba, él siempre te hablaba bajito y con tono íntimo, como para no violentar la tranquilidad de la radio en las noches de verano. este muchacho hacía eso. no sé, creo que no hace falta que adorne la imagen.
Jo, me he emocionado y todo. Ya ni me acordaba de cuando me ponía la radio en la silla, es verdad...
Vaya cabeza tienes Patri.
..........silencio a causa de la vergüenza......
ahora si que va a pasar tiempo: me vuelvo a Sydney el 13 del mes que viene y de momento no tendré Internet. (me cagho no carallo vintenove!!!!!!!!!!!)
Espero llegar a tener internet en casa, aunque siempre nos quedarán los cibercafés a 3$/hora.
Jo, pues si que la hemos hecho buena. Para uno de los pocos lectores fijos que tiene este blog...jeje, pásatelo muy bien y escribe cuando quieras, siempre serás bien recibido entre estos tus amigos de chorradas por la web.
Un abrazo.
Fuerza y honor.
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