martes, 16 de octubre de 2007

Neurotoxinas de azucar

Palabras y más palabras

Ayer venía de "cubrir" uno de mis tres reportajitos de la mañana cuando no pude evitar aprovechar uno de los infinitos momentos en el bus para vivir.

Por supuesto hice lo que hace alguien que busca vivir (es muy recurrente por los que ya están muertos por dentro, como las prostitutas de Padre de familia), me puse a fisgonear en la vida de otros. Ya sabéis, eso de manosear con los dedos de la mente las cosas de los demás.

En una de esas inspiraciones de aire bajo el ahogo de la rutina mis ojos se posaron cual mosca mojonera en el librito que iba "leiendo" una mujer. Paso a transcribirlo:


Demasiadas palabras

Hay demasiadas palabras. Palabras en la televisión, palabras en la radio, palabras en las revistas...Estamos acostumbrados a las palabras. Me dan miedo las palabras porque demasiadas palabras entierran el alma.

Aquí terminaba la página y en la siguiente empezaba un apartado con el título La palabra de Dios. No hay que decir que tipo de libro (Sea feliz) o que tipo de persona (con muchos problemas seguro) son a los que nos enfrentamos. Lo interesante es el escrito en sis.

Para empezar es obvio de donde saca aznar (con minúscula su estilo de discurso entrecortado). Pero...¿no se da cuenta el tío de que cae en una incongruencia repitiendo tantas veces la palabra "palabra"?. Y no me refiero al uso repetido para hacer más consciente al lector de que vemos u oímos muchas palabras, sino a la repetición en si. Al uso de una palabra (en este caso "palabra") para llenar un párrafo de seis renglones...

Después de esto volví a morirme en el autobus hasta que llegue a casa.

Edgar Allan Borch

1 comentario:

clorophormo dijo...

A destacar:

Por supuesto hice lo que hace alguien que busca vivir, me puse a fisgonear en la vida de otros. Ya sabéis, eso de manosear con los dedos de la mente las cosas de los demás.

A rebatir:
La repetición intencionada (y en este caso lo es) de una "palabra" dentro del mismo párrafo, como sé que sabes de sobra, es una figura retórica, que por cierto me gusta mucho, destinada a reforzar un determinado concepto a través de la creación de una musicalidad basada en ella. En este caso, al autor le sobran las palabras y por eso las repite tanto, como para que te sobren a ti también. Si te fijas están bastante bien metidas, esas "palabras", en el párrafo. El autor/a sabe lo que se hace. Si lo que te apetecía era criticar a Aznar lo más efectivo es volver a decir lo de siempre, lo de la muerte lenta y dolorosa...

Como recomendación:

Una peli, precisamente, en torno al valor ambivalente de las palabras que vi ayer en un cine de, yo creo, pocos recursos: La Antena. Que no os disuada la nacionalidad: la película es argentina. Es de este año y la verdad es que es muy interesante por varios motivos que os dejo descubrir. Por cierto, se trata casi de una película muda pero no al estilo Bergman (por si alguien lo temía).Totalmente recomendable (sobre todo si la ves fumado, tiiiiiiiiiiiiioooooooo!).

 
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