miércoles, 5 de septiembre de 2007

Calypsocromía

Una putada


Voy al gimnasio un par de días a la semana. Es relajante, sobre todo cuando termino la rutina de entrenamiento y abandono la media penumbra de la sala de musculación, sudado y limpio de ansiedad. Los discos y las barras de acero macizo serían perfectas mascotas domésticas. 5, 10, 15 kilos de nobleza muda y duradera. El viernes por la tarde, en mitad de un ejercicio de vuelos laterales con mancuernas (muy eficaz para desarrollar los hombros) cacé un fragmento de conversación entre otros dos clientes del gimnasio, A y B. A le decía a B haber visto en una avenida cercana cómo un taxi tras otro se negaba a prestar servicio a dos chicos que sostenían a una chica muy borracha. Los taxis aminoraban la marcha, comprobaban el estado incierto del trío y aceleraban ignorando los insultos de los chicos (la chica no decía nada inteligible). Seguí oyendo y B resultó ser taxista, y declaró que él tampoco los recogería para llevarlos a ninguna parte. Y que a la mierda su obligación como servicio público, que a ver quién demuestra luego negligencias. Decía que el problema de una vomitona sobre la tapicería no es la mancha en sí. La mancha se limpia, hay avanzados productos químicos para hacerlo de manera rápida y efectiva. Faltaría más. Pero esperar a que los asientos se sequen supone perder un valioso tiempo de trabajo, añadió B. En invierno, con el frío y la humedad, el secado es más lento y el taxi puede estar parado durante 15 o 20 horas. "Una putada", concluyó.

Nótese que esto, como casi todo lo que os cuento, lo he oído o leído en otra parte. Nótese también cómo el taxista parecía, en cambio, haberse dado de hostias con cada palabra antes de decirla. Y pensar que a los 20 años, es decir, el otro día, pensaba que sería fantástico ir conociendo gente con la que no tuviera nada en común, representantes oficiales de otros mundos... (En fin...)

Operario estepario

12 comentarios:

Alfonso Alba dijo...

Con la rotundidad que me caracteriza siempre he sentenciado mi opinión sobre las procesiones: "A no ser que sea discapacitado, el que no sepa salir o entrar a su casa sólo, que no lo haga".
Estoy con el taxista, de hecho mi abuelo y mis dos tíos han sido taxistas. Si tan mal estaba la muchacha, que hubiera llamado a una ambulancia.
¡Pesetas* al poder!
*Pesetas: Dícese del taxista madrileño, en ese curioso argot en el que la palabra hostia tiene una S especial.

clorophormo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
clorophormo dijo...

El pan es el pan...

En todo caso, yo recuerdo haberme visto en situaciones semejantes maldiciendo el pan ajeno, teniendo que esconder a individuos/as en estado terminal (y de otras clases que invariablemente incluyen pupilas dilatadas) entre los parachoques de un Audi y un 131 Supermirafiori (¡Qué coche, ese!), para arrastrarlos hasta el asiento trasero una vez, y sólo llegados a este punto, que ya tenía abierta la puerta del "taxis" (por seguir con el argot de verbena castiza).

Me gustaría añadir, por otra parte, que el pan (y en ocasiones la sobrealimentación) se están cargando la mítica suburbana. Ya no hay moribundos en los asientos traseros sino cadáveres en las aceras. Looking for Telémaco.

5.9.07

Julia Delgado dijo...

Por dios (dios en minúscula), Patricio, escribe ya para el blog, estas "on fire".

Anónimo dijo...

Pues yo mucho no puedo hablar..
Hace poco más de un mes me vacié en un taxi de Barcelona (claro, no es lo mismo vomitar en medio de tanta modernez) para mi estupefacción. Lo cierto es que no entendí nada. Sólo saqué la cabeza por la ventanilla y los daños se limitaron a la carrocería del vehículo. En fin, nunca es tarde para vivir la adolescencia. Le dimos 15 euros de más al taxista para que lo limpiara y cerrase el pico.

Anónimo dijo...

131 Supermirafiori forever. En Lavapiés siempre hay uno aparcado en la calle. Está en el 'Hall of Fame' con el Saab 900, el Volvo 460 (y sus inocentones faros abatibles), el Volkswagen Corrado (estos aún se ven por Madrid, absolutamente Delorianescos), los BMW 320 de la era 'faros redondos' (sólo 2 faros, si llevan 4 ya no me valen), los Seat Ritmo / Fura / Ronda y similares, el Renault 11 y sus tapacubos del espacio, la versión ranchera del Citröen BX (os juro que existía, yo he visto uno hace poco), el Opel Manta, el Renault 18 Fuego (siempre con la policía pisándole los talones), los Escort XR3 robados 5 veces y... Preparen los pañuelos porque viene la parte melodramática con música-de-mierda-de-john-williams: el Talbot Horizon, absoluto clásico con mucho más carisma que su hermano mayor, el Solara. Podría hablar también del Seat Málaga y del Ford Taunus, pero de esos casi no me acuerdo ni yo. Patri cabrón, has pinchao en nervio.

Yo pagaría 15 euros para que Bruno me vomitara en la carrocería del Astra.

Alfonso Alba dijo...

Amigo operario, te has olvidado del Seat 124 Turbo y su tracción trasera, perfecta para iniciarte en el maravilloso mundo de los trompitos.
Y porqué no hablar del Lada Niva, ese todoterreno que volaba sobre los campos de barbecho de nuestras queridas campiñas.
Y en el mundo de los burracos, vaya mi más sentido homenaje a los primeros Land Rovers, auténticos mastodontes de la ingeniería automovilística, capaces de subir una pared y con una carrocería a prueba de golpes de tractor.
En el campo de los tractores también tengo unos cuantos modelos. De hecho, mi padre todavía conserva un Ebro del año 1963 con el que sigue arando y con el que, oh, delicias de la vida, aprendí a conducir. Sólo avanzo que el cambio de marchas (de primera a tercera, por ejemplo) había que hacerlo con el tractor completamente parado. De lo contrario, corrías el riesgo de morir en una explosión que a buen seguro se oiría en Cuenca

Anónimo dijo...

Me habéis tocado un punto que me duele, aunque de lo único que me puedo vanagloriar es de mojar con mis efluvios (hasta tres veces) el casco de un barco por el que un intrépido amigo mío me llevó a pescar por la Bahía de Cádiz. Operario, efectivamente, hubo un BX ranchera y el volvo de los faros escamoteables es el 480. Faltaría en esa glosa el Seat 1200 Sport (Bocanegra para los amigos), el Renault 5 Turbo Copa (un auténtico asesino), el Peugeot 205 Rally (qué peligro), el Citroën Visa GTI (sí la C15 pero en coche normal y tuneado), o el Ford Fiesta XR2 con los faros encima del parachoques. Para los más frikis, (y sé que los hay) en www.pieldetoro.net encontraréis todo lo que quisisteis saber y nunca os importó de estas joyas automovilísticas.

Savater

clorophormo dijo...

Felicito, por absolutamente todos los modelos citados, matizo y rememoro:

El Talbot Solara ESCORIAL (tenía ordenador de a bordo en los 80, como el Renault 25. Yo de pequeño soñaba con jugar al Mario Bros en un coche de esos que a veces veía aparcados)

Por otro lado, qué me decís del Renault 20. (Sí, existió)

Las cuadraturas del Ford Granada tampoco estaban nada mal pero reconozco que quien mete Taunus gana.

Yo he viajado en 850 (faros redondos en marco de metal y portaequipajes delantero). Se caracterizan por calentarse siempre a la altura de Archidona.

¿Alguien recuerda cómo era mi coche? Escort del 86, rojo y mil veces robado. (De hecho no pagué nada por él)

Anónimo dijo...

Agropensador, haces saltar la banca con una sola palabra: EBRO.

Fantástica deriva la de estos comentarios. Cerca de mi casa aparca un Citröen Visa, en aparente buen estado: son perlas muuuy raras. Olvidamos el Opel Ascona. Por cierto, no conocía el Ford Granada, Patri. Es que ese ya es para gourmets, como el Austin Montego. Ojo al Citröen XM, otro que parecía sacado de la serie "V". Lo de los Citröen es curioso: toda una tradición de diseños inexplicables, temporalmente interrumpida en los años 90 con los Xsara, Xantia y Saxo, y afortunadamente resucitada con el C4 (ese parabrisas trasero, ¿en qué coño estaban pensando?)

Glorioso el Escort del Patri, tuve la oportunidad de enfrentarlo al Corsa Swing del 92 que aún posee mi tía, y salí escaldado, claro...

Julia Delgado dijo...

Mi aportación a lo mejor no es tan buena, pero el Sierra de la Olga dio mucho de que hablar.

Ese si que fue robado, despiezado y vejado mil veces para acabar sus dias oxidado y descascarillado en una cuneta tras un fallido intento de nuevo robo.

Caesares8 dijo...

Uno de los primeros tractores que recuerdo era un John Deere, lo que no recuerdo es como lo pronunciábamos, pero una pista fonética podría ser la que aplicábamos a un Jeep que tenían unos amigos: "hoy vamos en el ·Jé·"

 
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