miércoles, 29 de agosto de 2007

“GANAREIS PERO NO CONVENCEREIS”

La inocencia de Norma Desmond


No sé qué sería de mí sin el cine. No soy como mi hermano, que opina que el cine murió a partir de 1965, pero he de reconocer que hay joyas del cine clásico que siguen siendo modernas 60 años después de ser rodadas. Hace un par de días vi “El crepúsculo de los dioses”. Sí, lo sé. Es un delito no haberla visto antes, pero no tenía tiempo ni ganas, a pesar de ser una de las mayores obras maestras de Billy Wilder. Me fascinó, sobre todo por Norma Desmond, esa actriz madura de mente infantil que no asume el paso del tiempo. Aunque Wilder quiso retratar una época dorada del cine de glamour y cuentos de hadas, Desmond me hizo pensar en nuestros días, en la presión a las que nos somete la publicidad y la sociedad para que sigamos siendo eternamente jóvenes, eternamente adolescentes, sin alopecias ni responsabilidades. Te asomas al Sato Sport y te encuentras con cientos de Normas Desmonds, masculinas y femeninas, que a sus treinta y diez quieren seguir teniendo la misma figura que a los veinte y levantando las mismas pesas que a los quince. Es la feliz juventud, el feliz pasado que nos anestesia para huir del presente. Desgraciadamente, Norma Desmond no es un personaje de blanco y negro, sino que vive aún en todos nosotros.

Savater

5 comentarios:

clorophormo dijo...

cuando dices que Norma Desmond vive en mí, espero que no sea al modo y manera en que lo hace el bicho repugnante que le sale del pecho a un o de los tripulantes del NOstromo en la primera parte de Alien...

clorophormo dijo...

Por cierto, gran película

Anónimo dijo...

No, más bien como Jordi Pujol en "Desafío total". Por cierto, un fuerte abrazo ya que al final ni nos pudimos ver cuando estuviste en Sevilla. Y si puedes, levanta una Beck´s a mi salud en el Cinema de Hackesher Markt o en la pista del Knaack (si es que sigue abierto).

Savater

Anónimo dijo...

Sólo espero que nadie mencione aquí la cancioncita aquella de Javier Álvarez, que por supuesto ni estaba a la altura trágica de la Desmond, aunque la mencionase, ni naturalmente salvó al tal Álvarez de una merecida zozobra. Besitos...

clorophormo dijo...

levanto mis cervezas y mis bellos recuerdos cuando visito el Viktoria Park. Tú sabes por qué

 
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