viernes, 1 de junio de 2007

“Ganaréis pero no convenceréis”

Hoy estoy un poco más solo


Querido Edgar;

Me gustaría iniciar mi colaboración con un tema irónico, una mirada afilada sobre la vida como nos brinda Kamerovski o las surrealistas aportaciones del operario estepario. Pero hoy no puedo. Lo siento. Hoy han echado a dos compañeros de trabajo por la única razón de hacer bien su cometido. Tan bien que hacían sombra a los ineptos de mis jefes. Y la solución ha sido darles portazo. Las conjuras no han servido de nada. Horas de café juntos todos los compañeros para llegar a la conclusión de que no íbamos a hacer nada. Ni acuerdo, ni asamblea ni solidaridad. A rey muerto, rey puesto. En alguna sección se vuelve a reir como si nada hubiera pasado. Al resto nos han intentado comprar un silencio cómplice, y en algunos casos lo han conseguido, con una subida de sueldo. Y a mí lo único que me queda es que se me encoge el corazón cuando veo sus sillas vacías. Lo primero que he hecho al llegar a la redacción es colgar un cartel: “Todos somos Julia y Raúl”. Pero ni somos todos ni ellos volverán a estar.


Savater

9 comentarios:

Julia Delgado dijo...

¿Qué puedo decirte que no sepas ya a esta altura?.
A lo largo de todo el tiempo que has estado en Sevilla he visto la evolucío de la "Sin Razón".
Estaba claro que las cabezas gachas que había ayer en la mesa de la cafetería no eran por pena, era por vergüenza (y no era para menos).
Es triste Ale, muy triste, pero tu no tienes ataduras. Haz lo que tengas que hacer, más ahora que ya han caido todas las pieles de cordero y han aparecido las de sabandijas.
Mi ánimo para los que se que si estáis.

Iñaki dijo...

Si tuviera palabras de ánimo o soluciones optimista te las daría sin dudar, Ale. Es una injusticia, que se agranda aún más cuando ves que tus propios compañeros, a los que ves todos los días, no hacen nada. Lo siento mucho, aunque he de reconocer que eso pasa en todos los trabajos. Son pocos los que se plantan y le echan valor y muchos los que tienen sus rostros llenos de miedo -o de indiferencia-.

Yo no sé que es lo que haría en tu situación, pero estoy seguro de que tu decisión, sea la que sea, será la correcta. Un abrazo.

Alfonso Alba dijo...

Mi espíritu revolucionario me impide mirar para otro lado, Ale. Valiente ha sido tu decisión de colgar ese magnífico cartel, ante el que se tendrían que agachar todos los jefazos inútiles que no piensan en otra cosa que en comprarse el coche más caro, la casa más grande o acostarse con la mujer de las tetas gigantes.
Te brindo mi apoyo y mi solidaridad, pero sobre todo te brindo algo más importante:

Desde hace unos meses soy miembro activo del Sindicato de Periodistas de Andalucía. De hecho, mañana me presento como vocal a las elecciones de la junta directiva de Córdoba. En el sindicato tenemos un pedazo de abogado que a Joly ya le ha ganado seis despidos improcedentes, es decir, todos los que ha osado llevar a cabo. Este abogado ofrece asesoría gratuita a los miembros del sindicato y también a los que no lo son. Háblalo con ellos y no dudes en ponerte en contacto con nosotros si necesitáis ayuda.
De nada sirve hablar entre vosotros, lamentar y llorar si antes no se ha pasado a la acción. Y sobre todo, esa acción no es quemar coches, promover huelgas y matar jefes, que sería una opción. Esa acción es buscar una defensa a la que todo ciudadano e hijo de vecino tiene derecho. En teoría, estamos amparados por la ley y por el Estatuto de los Trabajadores.
Abrazos y ánimo

Charo dijo...

Lo siento muchísimo, Ale. Desgraciadamente, estas cosas pasan muy a menudo pero me sumo a la opinión de los demás: haz lo que creas oportuno, que será siempre lo correcto.
Cuenta conmigo para lo que necesites.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Muchas gracias por vuestro apoyo. Un compañero dice que nunca debes estar en un sitio donde no te quieran. Y eso me está ocurriendo a mí. Soy libre y un puñado de euros no es suficiente para ser feliz.

Savater

Capitán Cook(ing) dijo...

Smoking room, alex, smoking room. Se me llena el cerebro de ira aquí al otro lado de este mundo de mierda.

Anónimo dijo...

Es incomprensible cómo en muchas empresas los mandos intermedios se las apañan para no hacer ni el huevo mientras sus subordinados hacen su trabajo, y sin que se note. Y es incomprensible cómo, cuando empieza a notarse y se ven en peligro, se cargan al currito en cuestión y nisiquiera nadie que esté por encima de ellos censura la maniobra.

Hasta cierto punto se entiende lo del uso y abuso de becarios, práctica más que asumida y en perfecta armonía con el ánimo de lucro de cualquier empresa. Hasta cierto punto. Pero en la escalera de lo miserable, la cacicada que nos cuenta Ale está unos cuantos peldaños por encima.

Ánimo y ya sabes: no soportes más de lo soportable.

Julia Delgado dijo...

Lo interesante de este caso es que algunos de los puestos intermedios llevan por debajo de los curritos desde siempre. Ejemplo: un subdirector de 23 años (que ya lo quiero ver yo con 30) que no tiene ni puta idea de lo que es ir a una rueda de prensa o llamar por teléfono porque su principal objetivo es sacar un periódico a golpe de cute and paste (término que acuñé del propio estepario).

Miguel dijo...

El tiempo a todos nos va a poner en nuestro sitio. Ale y Julia son un ejemplo. Raúl Díaz, en breve. El resto, a seguir luchando y adelante, siempre.
Nosotros tenemos amigos, sonrisas, lunas, soles, hermanos, vino, sexo, camarones con huevo y pimiento, un par de huevos, un pene que responde y pregunta, talento, un lunar debajo del ojo izquierdo, orgullo, honor, vergüenza, paz para dormir en la madrugada, el abrazo y el respeto de la vida... y un futuro por delante para ser felices, para reventar aquello del carpe diem y, con una sonrisa de medio lao, dejar a los pobres hombres agonizar lentamente en la cámara de gas de la soledad y la tristeza. A mis poco más de 9517 noches, con sus días, casi ninguna certeza he alcanzado. De lo poco que he aprendido en el camino es que la vida te devuelve, de un modo u otro, aquello que damos. Quien regala odio y miseria no puede acabar más que consumido por la miseria y el odio. De entrada, las primeras plagas. A saber: 1. Impotencia. 2. Es más fácil soportar una mala conciencia que una mala reputación, que decía Nietzsche.

PD: Nos veremos en el infierno y, voto a Dios, que nos encontraremos.

 
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